Alargar la vida de un alimento manteniéndolo en las mejores condiciones posibles para su consumo siempre ha sido una de las preocupaciones del hombre, tanto es así que desde tiempo remotos utilizaban métodos diversos para este fin; desecación, fermentación, ahumados, salados,….
Hoy en día algunas de estas metodologías siguen siendo utilizadas, pero la mayoría han sido sustituidas por métodos más avanzados, como el uso de frío (congelados, refrigeración), de calor (pasteurización…) y otros métodos más modernos, que por la vida actual de consumo y el interés de muchas industrias químicas, nos llevan a consumir alimentos manufacturados, procesados e industrializados, alejándonos poco a poco del estado natural del propio alimento, tanto en su forma física como química.
Como metodología moderna cada vez está más normalizado el uso de aditivos alimentarios. Éstos aparecen en numerosos alimentos hoy en día, en ocasiones pasan desapercibidos sin alterar nuestra salud, pero en otras no tanto. Son sustancias que, por sí mismas no tienen valor nutritivo ni enriquecen el producto, pero se añaden a los alimentos y bebidas de forman intencionada con fines diversos, pero principalmente para su conservación. Así pues, alargan la vida del alimento, mejorando su aspecto, potenciando su sabor, acentuando su color, etc.
Originalmente estos aditivos se dividían en sintéticos y naturales, pero esta clasificación contribuía a confundir a la población, asociando los naturales como sanos y los sintéticos como peligrosos para la salud. Con el tiempo se pasó a clasificarlos según su función o actividad específica sobre el alimento; colorantes, espesantes, aromatizantes, etc.
Así, tenemos:
- Sustancias que impiden las alteraciones químicas biológicas (antioxidantes, sinérgicos de antioxidantes y conservantes)
- Sustancias estabilizadoras de la características físicas (emulgentes, espesantes, gelificantes, antiespumantes, antipelmazantes, antiaglutinantes, humectantes, reguladores de ph)
- Sustancias correctoras de las cualidades plásticas. (mejoradores de la panificación, correctores de la vinificación, reguladores de la maduración).
- Sustancias modificadoras de los caracteres organolepticos (colorantes, potenciadores del sabor, edulcolorantes artificiales, aromas).
Algunos de ellos son de procedencia vegetal y se sabe que no tienen repercusiones negativas sobre la salud. Otros son altamente dañinos para nuestro cuerpo y su uso está prohibido en algunos países, aunque algunos se siguen utilizando de forma fraudulenta con otro nombre. Y otros no se sabe a largo plazo la incidencia real que pueden llegar a tener sobre nuestro bienestar.
El peligro de algunos aditivos está en que algunos son sustancias químicas, extrañas para nuestro organismo, que no están estudiadas en seres humanos y tampoco se conoce el efecto epidemiológico de varios de ellos juntos. Aunque sí se sabe que pueden tener reacciones diversas sobre nuestro cuerpo como; alergias, hiperactividad en niños, dolores de cabeza, erupciones cutáneas, etc.
Todos los aditivos autorizados tienen dos denominaciones:
- su nombre propio, normalmente es un nombre científico-químico. Ej; ácido ascórbico.
- un nombre asignado que se inicia con la letra E.
La segunda denominación, aunque por muchos menos conocida, nos da más información.
La letra indica que el aditivo está aceptado para su consumo en Europa, es decir, esa sustancia ha pasado todos los controles de seguridad y se ha demostrado que es apta para el consumo dentro de la Unión Europea.
El número que le sigue va en función de la utilización de esa sustancia en la industria. Lo más importante para identificar el aditivo es el primer número, la centena, que corresponde a su función, mientras que los siguiente son los asignados dentro de la misma función:
1. COLORANTES
2. CONSERVANTES
3. ANTIOXIDANTES, ACIDULANTES Y REGULADORES DEL PH
4. ADITIVOS MODIFICADORES DE LA TEXTURA; ESTABILIZANTES, ESPESANTES, GELIFICANTES Y EMULSIONANTES
5. CORRECTORES DE ACIDEZ Y SUSTANCIAS MINERALES
6. POTENCIADORES DEL SABOR
7. ANTIBIÓTICOS
9. OTROS; AGENTES DE RECUBRIMIENTO, GASES DE ENVASADO Y EDULCORANTES
11. ENZIMAS
12. ALMIDONES MODIFICADOS
Con el fin de reducir el riesgo que pueda tener el uso y/o abuso de estos aditivos alimentarios en nuestra dieta, urge la necesidad de consumir productos frescos, enriquecidos con el uso de condimentos, hierbas aromáticas, etc.
Para más información sobre los aditivos alimentarios podeis ojear el siguiente libro; “LOS ADITIVOS ALIMENTARIOS” CORINNE GOUGET , OBELISCO, 2008
Tanto para platos dulces como salados, puedes jugar de múltiples formas para enriquecer, dar sabor y potenciar nutritivamente un plato con condimentos, hierbas, semillas,… Aquí os dejo algún ejemplo;
Como base utilicé trigo sarraceno germinado (en este link podeis ver como se hace; http://toogoodtobefood.blogspot.com.es/2015/04/batido-energetico-y-alcalino.html), apto para celíacos, muy aconsejable para dietas alcalinas y con gran poder nutricional. Tiene que estar bien seco, sin restos de humedad, o lo podeis tostar ligeramente a fuego medio en una sartén.
Opciones dulces (para tus bebidas vegetales, para tus gachas, para tus postres, etc.):
- especial para mujeres: 2 cucharadas de trigo sarraceno germinado + 1 cucharada de semillas de lino + 1 cucharada de maca + media cucharada de canela
- para niños: 2 cucharadas de trigo sarraceno germinado + 1 cucharada de cacao en polvo + 1 cucharada de semillas de cáñamo + media cucharada de vainilla
- antioxidante: 2 cucharadas de trigo sarraceno germinado + 1 cucharada de bayas goyi + 1 cucharada de semillas de calabaza + media cucharada de vainilla
Opciones saladas (para tus sopas, purés, ensaladas, salteados, etc.):
- antiinflamatorio: 2 cucharadas de trigo sarraceno germinado + media cucharada de clavo + media cucharada de jengibre en polvo + 1 cucharada de sal marina sin refinar
- anicáncer: 2 cucharadas de trigo sarraceno germinado + medio puñadito de Maitake secas (hongo altamente estimulantes del sistema inmune) + media cucharada de cúrcuma en polvo + una pizca de pimienta negra + 1 cucharada de sal marina sin refinar
- alcalino: 2 cucharadas de trigo sarraceno germinado + 1 cucharada de semillas de sésamo + 1 cucharada de algas nori deshidratadas + 1/2 cucharada de sal marina sin refinar
Para cada una de estas opciones, ponemos los ingredientes en un molinillo o un procesador de alimentos con opción de moler hasta conseguir la textura en polvo.
Yo utilicé la termomix, pero durante el proceso se me estropeó, por eso algunas recetas no tienen la textura deseada.
Feliz fin de semana!!! 😉