Una vez que se acaba el Otoño y va llegando el invierno y con él el frío, apetecen más platos calientes como guisos, cocidos, sopas,…platos que hagan entrar en calor y que cubran las necesidades energéticas y nutricionales del momento.
Concretamente en Medicina Tradicional China, llegando el invierno se aconsejan platos calientes de cocciones largas y fuego bajo. Se recomiendan especialmente los alimentos de raíz (cúrcuma, jengibre,…) y las semillas (sésamo negro, cáñamo, …), acompañados de alimentos del mar de temporada (bonito, lenguado,…) y algas (wakame, nori,..).
También se recomienda el consumo de legumbres, por su alto contenido nutricional y energético.
En otras publicaciones ya hemos hablado de la cocción de las legumbres y cereales, ya que no influye solo lo que comemos si no como lo comemos y como lo cocinamos. En este caso, y en general en todos los casos, se aconseja la «cocina de la abuela»; cocciones largas y a fuego lento.
Por su parte las legumbres son un alimento muy rico en hidratos de carbono, proteínas, fibra, hierro y vitaminas del grupo B.
Su aporte de fibra mejora el estreñimiento, pero puede empeorar alteraciones digestivas como la gastritis, el SIBO, etc.
Para mejorar la digestibilidad de las mismas se aconseja dejarlas durante 12 horas a remojo, con un trozo de alga kombu. Durante su elaboración le podemos añadir comino o hinojo para evitar las flatulencias que pueda provocar. Aunque tienen un alto contenido proteico, no contienen uno de los aminoácidos esenciales (el cuerpo no es capaz de «fabricarlos» por lo que hay que obtenerlos a través de la alimentación) llamado metionina, por lo que se suele recomendar acompañarlas con algún cereal para potenciar su aporte nutricional.
A su favor, las legumbres son una fuente de triptófano; uno de los aminoácidos esenciales que conforma las proteínas de nuestro cuerpo y que además es un precursor de la serotonina. La serotonina interviene en múltiples funciones como la regulación del estado de ánimo o de la temperatura.
Sobre este tema os dejo aquí el link de un estudio dirigido por la investigadora del Departamento de Ciencias Clínicas de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria con la colaboración del catedrático de la ULPGC y científicos de las universidades de Navarra, Jaén y Minessota, sobre la asociación entre los patrones de dieta y la incidencia de la depresión, concluye que la dieta mediterránea reduce entre un 40 y 50 % el riesgo de sufrir esta enfermedad.
«No sólo el patrón de la dieta mediterránea en su conjunto se asoció a esta reducción en la incidencia de la depresión, sino que se analizó cada grupo de alimentos integrante de este patrón, y se vio que disminuía el riesgo de depresión cuando se consumía una alta cantidad de legumbres, frutas y frutos secos y aceite de oliva», apuntó la científica de la ULPGC
Artículo en; http://www.laprovincia.es/sociedad/2009/10/24/legumbres-depresion/265205.html
Además, las legumbres con un alimento recomendado para personas diabéticas, en general (siempre valorando la individualidad de cada uno), ya que son de absorción lenta, lo que mantiene equilibrados los niveles de glucosa en sangre.
Por lo tanto, hoy vamos a elaborar un plato con garbanzos y mijo, para estos días fríos de Otoño.
GARBANZOS CON MIJO
RECETA
Ingredientes
- un tazón de garbanzos cocidos
- un tazón de mijo cocido
- 6 chocos pequeños
- 1 cebolla morada
- 1 calabacín
- sal marina sin refinar
- 5-6 tomates secos
- aceite de oliva virgen extra
- romero seco
- curry
- un trocito de alga kombu
Elaboración
Dejamos el tomate seco con aceite de oliva virgen extra y el romero macerando. Cuanto más tiempo esté macerando mejor, al menos dos días antes de hacer la receta. Luego podeis utilizar este tomate para hacer un riquísimo paté de tomate seco; https://toogoodtobefood.es/variado-pates-cardioprotectores/
Lavamos bien los chocos y los cortamos en anillas. Reservamos.
Pelamos y picamos bien la cebolla y la dejamos «pochando» en una cazuela. Una vez que esté bien hecha, introducimos el calabacín previamente pelado y picado, el tomate seco picado (sin el aceite), los chocos troceados. y sal marina la gusto. Dejamos que se hagan a fuego lento durante 20 minutos aproximadamente, vigilando que no se peguen al fondo.
En este caso los garbanzos y el mijo los cocí a parte porque quería hacer otra receta y aproveché, pero los podeis cocer juntos.
Los garbanzos estuvieron a remojo durante 12 horas con un trocito de alga Kombu. Luego se lavan bien y se ponen a cocer en agua templada con la tira de alga kombu durante 60 minutos aproximadamente. Para los que no tienen tiempo o no les gusta cocinar pueden comprar garbanzos cocidos en bote de crital y sin aditivos. Se lavan bien y se les da un punto de hervor con un trocito de alga kombu (previamente a remojo durante 15 minutos).
El mijo se lava y por comodidad lo dejé a remojo toda la noche. Al día siguiente lo vuelves a lavar y lo cueces durante 2o minutos.
Una vez que el choco esté en su punto añadimos los garbanzos y el mijo y rectificamos de sal si es necesario y añadimos el curry. Yo le puse una cucharada de postre llena, porque me encanta el curry!!. Dejamos que se mezcle todo bien a fuego bajo durante 10 minutos aproximadamente.
Y listo para servir!!
Esta receta es libre de gluten, es apta para personas que siguen una dieta normoglucémica, antioxidante y anticancerígena. No sería recomendable para personas que sufren trastornos de la vesícula biliar, gastritis o alteraciones del aparato digestivo que les impidan digerir bien la fibra. En estos casos abría que probar con legumbres sin piel y evitando utilizar el tomate.
Enjoy your meal! 😉