Un «superalimento» por día

¿Qué es un «superalimento»?

No existe definición técnica para estos alimentos, pero se consideran “superalimentos” a aquellos alimentos 100% naturales con alta densidad en nutrientes y propiedades terapéuticas. Son alimentos capaces de mejorar la función inmunitaria de nuestro organismo, e incluso prevenir patologías diversas. Por ello y mucho más son alimentos indispensables en el día a día de nuestros platos.

¿Por qué son necesarios?

Estos alimentos contienen sustancias de alto nivel nutricional y de carácter simbiótico, es decir, que se potencian unos a otros. Por lo tanto, no es tan importante la cantidad si no la variedad y la asiduidad. Así pues, introducir varios de estos superalimentos todos los días, aunque sea en pocas cantidades, es una forma de hacer de tu comida una medicina. Esto no quiere decir que la persona que sienta malestar con alguno de ellos tenga comerlos. En este caso estaría contraindicado.

En los últimos años científicos de todo el mundo han sacado a la luz investigaciones sobre estos alimentos y su gran poder anticancerígeno. La mayoría de estos estudios están basados en alimentos de origen vegetal (verduras de hoja verde y amargas, frutos rojos, semillas, setas, etc.), y confirman que una cantidad moderada de estos alimentos en tus hábitos alimenticios diarios aporta grandes beneficios para el correcto funcionamiento de tu organismo.

Los micronutrientes presentes en estos alimentos no solo nos aportan los minerales y vitaminas necesarias para nuestro sistema inmune, si no que también pueden prevenir posibles daños en la expresión de nuestros genes. Estos daños aparecen por alteraciones graduales que tienen lugar a lo largo del tiempo. Se acumulan hasta que el cambio es lo suficientemente intenso como par saltearse los mecanismos normales de control celular.

Se explica bien en esta gráfica; por norma general nacemos con una capacidad enzimática limitada, que depende en gran medida de los hábitos que hagamos a lo largo de nuestra vida. Por lo tanto, un niño sano (franja verde) pero que lleva una vida  sedentaria y con malos hábitos alimenticios, irá disminuyendo su capacidad enzimática y acortando su tiempo de salud general.

Si en tu día a día consumes, inhalas y te rodeas de más toxinas de las que tu cuerpo puede eliminar, llegará un momento que estas toxinas permanecerán demasiado tiempo en tu torrente sanguíneo y pueden llegar a dañar los genes. Cuando empieza este daño en la expresión de los genes la persona empieza a tener peor calidad de vida (franja amarilla); coge resfriados todo el invierno, –itis cada poco tiempo, cansancio crónico, dolores varios, insomnio, etc.

Estos tóxicos y radicales libres, con el tiempo  pueden llegar a dañar el gen y mutar la expresión del mismo, y con el tiempo puede llegar a “provocar” patología irreversible (franja roja), y en esta franja hay rango de mejora de calidad de vida pero el proceso ya no es reversible.

Por lo tanto, las personas que se encuentran en la franja amarilla pueden mejorar mucho su calidad de vida y prevenir futuras patologías graves modificando hábitos y limitando la entrada de toxinas al organismo.

Esta especialidad es a la que se dedica la Nutrigenómica, que estudia la influencia de los nutrientes sobre la expresión de los genes. Para más información podeis consultar en; http://www.fisiogenomica.es/

Por lo tanto, para garantizar una buena calidad de vida, un sistema inmune fuerte y una buena prevención de patologías, evita en tu día a día las toxinas procedentes de tus platos (fritos, grasas trans, azúcares, bollería, etc.) y aumenta el consumo de «superalimentos».

Aquí os dejo con una pequeña lista de estos alimentos y de cómo incluirlos en vuestros platos;

Verduras

Sobre todo aquellas de hoja verde, las de color verde, las más amargas, etc. Por ejemplo; brécol, col rizada, cardos, acelgas, nabos, rábano, alcachofa, endivia, apio, ajo, cebolla, puerro, etc.

Las puedes incluir en tus platos tanto crudas como cocinadas, según tolerancia; al vapor, en menestras, a la plancha, al horno, zumos verdes, etc.

Condimentos

Tales como; jengibre, cúrcuma, clavo, pimienta negra, cayena,… Cada uno de ellos tiene grandes poderes terapéuticos, como antiinflamatorio, antioxidantes, anticancerígeno, etc.

Estos condimentos los puedes incluir en tus cremas, sopas, salteados, infusiones,…

Ajo normal y ajo negro.

El ajo se ha usado a lo largo de la historia por sus grandes propiedades medicinales. El ajo contiene un aminoácido llamado aliína que es inolora, pero los compuestos formados a partir de ella, la alicina y ajoeno, son responsables de su sabor y olor característicos. Es un gran antiséptico, antioxidante y anticancerígeno. Por su parte el ajo negro, es un ajo fermentado de forma natural, en unas condiciones de humedad, temperatura y tiempo específicos. Es aún más antioxidante que el ajo crudo y con un sabor mucho más suave. Lo puedes incluir en tus desayunos untado en un poco de pan, en tus salsas, en tus cremas de verduras, etc.

Frutos rojos

Cada uno de ellos aporta diferentes beneficios para la salud, y en su conjunto son muy ricos en vitamina C y bioflavonoides , con una gran capacidad antioxidantes capaces de bloquear los radicales libres causantes del daño celular y que están asociados con enfermedades degenerativas, cardiovasculares, cancerígenos, etc. Entre ellos están; frambuesas, moras, arándano, ciruelas,…) La granada se podría incluir dentro de este grupo, ya que al igual que los frutos rojos, es un potente antioxidantes.

Todos ellos pueden incluirse en tus postres y ensaladas, aportando a los platos mucho color, sabor y nutrientes.

 

Germinados

Los germinados son alimentos crudos y vivos,  y por ello tienen un gran valor nutricional. Son alimentos predigeridos, ya que en su proceso de germinación sufren un cambio en su estructura aumentando su riqueza en enzimas, aminoácidos, minerales, vitaminas y oligoelementos vivos. Se pueden cultivar fácilmente en casa y normalmente se hacen con cereales y legumbres.

Éstos pueden ser usados tanto crudos como cocinados, en ensaladas, en purés, para hacer panes, etc.

Semillas

La semilla en sí es una planta embrionaria con altas concentraciones de vitaminas, minerales, proteínas, aceites esenciales y enzimas latentes. Son muy recomendables para añadir a todo tipo de platos, meriendas y aperitivos, etc.  Según la semilla que escojamos se pueden obtener unas propiedades u otras.

Setas shitake, maitake, y reishi

Durante siglos la medicina tradicional china se ha servido de plantas y extractos de hongos con fines terapéuticos como remedios para prevenir o tratar distintas enfermedades.

En concreto, merecen especial atención el shiitake, el maitake y el reishi, cuyo valor terapéutico no reside tanto en sus nutrientes sino en sus principios activos, muy especialmente los polisacáridos, sobre todo los β-glucanos, por su acción inmunomoduladora y sus ampliamente estudiados efectos anticancerígenos. Tiene la capacidad de estimular el sistema inmunológico sin hiperactivarlo. Además del interés nutricional de estos hongos, constituyen una forma rica y variada de combinar nuestros platos.

Algas

Existen diversos estudios que demuestran que en las zonas donde más algas se consume, la gente vive más tiempo y de forma más saludable.

Los enormes beneficios que nos aportan las algas de mar derivan directamente de sus propiedades. Las algas son los vegetales más antiguos evolutivamente hablando y de ahí la gran riqueza de minerales que aportan.

Un detalle importante a tener en cuenta es que las algas no absorben tanta contaminación como el pescado, ya que en las zonas sobrecargadas de contaminación simplemente no pueden crecer. Por lo tanto, se trata de una fuente bastante limpia y orgánica de nutrientes esenciales

Las algas son ricas en minerales (magnesio, hierro, potasio, yodo, calcio,..), en ácido algínico (estimula la elimiación de toxinas y metales pesados), fuente de hidratos de carbono y proteína vegetal y ricas en vitaminas (A, del grupo B, C, D,…).

Las personas que padecen alteraciones de tiroides deben consultar a un especialista primero.

Las puedes consumir en ensaladas, en arroces, en polvo en bebidas vegetales, en cremas y purés, etc.

 

«Haz que tu alimento sea tu medicina»