A veces la vida nos sorprende con las situaciones menos inesperadas.
En un mundo donde el ser humano es capaz de crear armas nucleares y móviles de última generación, de repente un día se expande un virus que nos «obliga» a echar el freno y pensar más allá del ritmo frenético del día a día.
Más allá de lo que el propio virus causa en nuestro organismo, y de lo que indirectamente causará a nivel económico en el mundo, para much@s también será un cambio de paradigma y de comportamiento. Esta situación ya consiguió que much@s empezasen a valorar lo que nuestro propio cuerpo nos puede ofrecer sin salir de casa, y valorar que la actividad física es parte importante de nuestra naturaleza, así como la conexión con esta misma.
Pero, por otro lado, viendo los carritos de la compra y las alacenas que quedan vacías y las que siguen llenas, much@s aún están alejad@s de crear conciencia sobre la importancia de la alimentación, y la repercusión que tiene ésta sobre nuestro organismo, y por lo tanto sobre nuestro sistema inmune también.
Cada bocado que ingerimos entra directamente en nuestro cuerpo para cumplir una misión, y hacer posible la inmensidad de procesos bioquímicos que se llevan a cabo en nuestro cuerpo.
Así como el jengibre, la cúrcuma o el ajo pueden ayudar en la gestión de procesos inflamatorios, en este caso el Brécol puede ayudar a mitigar el efecto del COVID-19 sobre nuestro organismo.
Esto lo explica muy bien Itziar González De Arriba en el siguiente video:
Esto no quiere decir que no podamos comer ni huevo ni cúrcuma estos días, si no hacer una gestión consciente de nuestra comida, y en este caso aumentar el consumo de Brécol.
Para los más científico, o que quieran una explicación más detallada, os dejo este otro link:
https://www.youtube.com/watch?v=EU9wchT9-K8&feature=youtu.be
Así que hoy vamos a hacer una receta con Brécol, y además, como much@s me comentáis que no os gusta especialmente cocinar, o que no tenéis mano para ello, y dado que a lo mejor esta situación se prolonga un poco, he decidido hacer una receta con productos que podáis almacenar en casa durante un tiempo un poco más largo.
BRÉCOL CON GARBANZOS Y BONIATO
Ingredientes
- brécol fresco
- un bote de cristal de garbanzos ECO
- un bote de cristal de ventresca
- 3 dientes de ajo fresco
- 2 boniatos
- condimentos: curry, cúrcuma, pimienta negra, comino y anís (estos últimos para mejorar la digestibilidad del garbanzo).
Elaboración
Picamos el ajo bien finito y lo rehogamos a fuego lento en una sartén con un poco de aceite de oliva y aceite de coco (este último es opcional).
Cortamos el brécol en trocitos (tamaño al gusto) y lo lavamos bien. Yo dejé el tronco aparte para hacer licuados.
Una vez que el ajo esté bien le añadimos el brécol y dejamos que se haga tipo wok. Yo lo dejo «al dente» porque me encanta así. Durante este tiempo le añadimos los condimentos al gusto. Como veis en el video, la cúrcuma no estaría recomendada en estos casos, pero lleva muy poca cantidad. Lo que más lleva es curry y comino. De todas formas los condimentos van un poco en función del gusto de la persona. Yo por ejemplo, no le puse sal, pero para algun@s sé que lo notarán soso.
Mientras se hace el brécol pelamos el boniato y lo troceamos. Lo cocemos en una olla con agua. Yo voy vigilando con el tenedor cuando está bien cocido, porque depende de sí lo troceas más fino o grueso el tiempo varía.
Lavamos y escurrimos bien los garbanzos y los unimos a la sartén con el brécol y el ajo. Añadimos al final el boniato previamente cocido y rectificamos de condimentos si es necesario.
NOTA: Mezclar legumbres e hidratos de carbono en el mismo plato, aumenta el valor nutricional del mismo.
Finalmente, le añadimos la ventresca y servimos. Para los vegetarianos se podría omitir este paso.
Como veis es un plato muy fácil de hacer, y no hay que ser un gran experto para poder hacerlo.
Espero que os guste y disfrutéis!
Enjoy your meal!!